Llegaremos
Llegarás a tu puerto, amigo mío,
con tus naves viajeras de recuerdos y sueños.
Encontrarás a otros, a otras,
que también como tú con sus ojos inquietos,
sus tímidas palabras, sus dolores, sus miedos,
te salen al encuentro.
A ellos también les ha llamado un Cielo,
para ellos también es cierta la promesa.
No vas solo, mi amigo,
la alegría va buscando tu lumbre
para encenderlo todo, para dejarte
en llama convertido.
Cada día que pase, cada día,
verás que se hace corta la espera del encuentro.
El horizonte inmenso, las lunas, las fronteras,
la ciudades extrañas, la prisa de la gente,
todo se irá tatuando irremediablemente en tu memoria
mientras sigues el viaje de regreso.
Llegaras a tu puerto, amigo mío,
pero aún es inutil que ancles definitivamente.
Todavía es necesario tu paso y tu cansancio,
tu plegaria y tu canto y esas huellas de fe
que vas dejando a diario y que no borra el viento.
Todos vamos de viaje, todos juntos,
los hilos de tu vida van tejiendo con otros
la hermosa Cruz gloriosa del tapiz del encuentro!
Llegarás a tu puerto, llegaremos mi amigo,
mientras vamos cantando miremos hacia el Cielo,
nuestra patria deseada, la patria del reencuentro.
Allá donde no hay prisa, porque todo es Eterno,
y en donde el vuelo suave, sosegado del alma,
nos convierta en los Angeles guardianes de los Cielos.
Carolina Lizarazo